Triste es que 400.000 personas tengan que estar sin hacer nada por una enfermedad renal causada por estos tóxicos, ya Sri Lanka prohibió en el 2015 el Glifosato, cosa que muchos países de Europa incluido España no lo han hecho.

Cada vez hay más especialistas y cintificos que acusan a lantenas de telefonía móvil de la muerte de las abejas, pero es más fácil acusar a los pesticidas, cuando estamos hablando de zonas que no hay tratamientos agricolas, curioso ¿no?

Es tanto que se va a perder con el fracking o fractura hidráulica, que después vendrán las lamentaciones, pozos contaminados, acuíferos totalmente esquilmados, por la cantidad tan enorme de agua que se necesita para la extracción, y luego la cantidad de residuos tóxicos hasta 600 diferentes, que se convierte en un cóctel mortal, para animales y fauna.